1. Se afirma la Constitución del 80

Ante una propuesta refundacional y otra más de derecha, los chilenos prefirieron quedarse con la Constitución del 80; que después de dos elecciones quedaría sin vicio de origen, pero con quórums más bajos que los de la mediana de la OCDE (4/7) para ser reformada, lo que la hace más débil e inestable. Sobre todo, para leyes orgánicas como la que regula el Banco Central, que quedaron con mayoría simple. Es probable que en adelante el proceso constitucional se encauce a través de la reforma a la Constitución vigente.

2. Alivio temporal para Boric

El triunfo del rechazo es un alivio para un gobierno que parecía asfixiado, y que toma esta amarga victoria con un llamado a por fin llegar a acuerdos para resolver los dolores reales de los chilenos, que fueron la causa de la revuelta social. En lo inmediato, la crisis terminal del sistema de Isapres servirá de test obligado para medir si el clima de acuerdos es tal.

3. Pierde Kast

Desde la dulce derrota de la derecha, aparece Evelyn Matthei fortalecida de cara a José Antonio Kast, el perdedor de la jornada. Si bien es cierto que el destino puso al republicano en una disyuntiva difícil: jugársela por una “casa de todos” renunciando a su identidad, o hacer lo que hizo, que de todas maneras no fue suficiente para impedir el quiebre de su partido y el surgimiento de una derecha más radical, liderada por el que busca constituirse como el libertario chileno, el Rojo Edwards.

4. Rechazo a una Constitución identitaria

Parece claro que los chilenos no quieren ni refundación ni arriesgarse a perder derechos ganados, como el del aborto en tres causales.

5. Gran fracaso de los políticos

Sin embargo, no son comparables los resultados de las elecciones del 22 y del 23.

La primera significó caer de un 80% de voluntad para tener una nueva constitución a un rechazo al texto propuesto de un 62%. En este caso, la distancia fue mucho menor (11 puntos) y partió con viento en contra que remontó, pero no lo suficiente como para imponerse. En redes sociales el proceso nunca prendió, a diferencia del primer intento.

6. La confusión y el hastío hicieron lo suyo

Parte del rechazo vino de la extrema derecha, otra de los que se opusieron al texto propuesto, y no sabemos qué porcentaje fue producto de la confusión, fatiga y rechazo a los políticos que marcó al último intento. Este último resultado no tiene una lectura única.

Contra intuitivamente, “A Favor” pierde en Los Lagos, región afectada por el conflicto mapuche, y en Tarapacá, asolada por la inmigración irregular; pierde puntos respecto del proceso del 22 en las comunas del sector oriente, y el “En Contra” gana en Providencia, la comuna de Evelyn Matthei, quien lidera las preferencias presidenciales.

7. Urgente reforma al sistema político

Estos cuatro años en modo constituyente arrojaron luces, por ejemplo, que la reforma al binominal del segundo gobierno de Michelle Bachelet paralizó al país, lo hizo ingobernable o “lo jodió”, como está en boga decir, impidiendo que se avanzara en las urgentes reformas a los sistemas de salud, pensiones, educación, y control de la inmigración y de la delincuencia. Por ende, urge enmendar el sistema político, tarea nada fácil porque ahora recae en los incumbentes, quienes no tienen incentivos para mejorarlo.

8. Oportunidad para llegar a acuerdos

Pese a que celebran comunistas y descolgados de los republicanos, paradójicamente se abre la oportunidad a la moderación y la intención de buscar acuerdos en base a la constitución actual. Esperemos que la clase política así lo entienda, porque sin duda fue la gran perdedora. La que diseñó mal el camino de salida a la crisis del 2019, o que lo condujo mal, fue la política. En el vaso medio lleno, quizás fue necesaria esta vuelta larga para llegar a un punto desde el cual finalmente se pueda construir.

Análisis de actualidad Realizado por Comsulting, expertos en comunicación estratégica y gestión de crisis.