Prensa internacional

Triunfo de la democracia

El triunfo del Rechazo supone el fin de una etapa de 34 meses, la más convulsa y tensa de los últimos 50 años. Partió con la revuelta del 18/0 y termina ahora dando por superado el octubrismo.

Supone también el inicio de un nuevo ciclo del proceso constituyente.

Este proceso está siendo leído como el de la fortaleza de la democracia chilena, que enfrentó una revuelta que amenazó con descabezar al gobierno de turno, con un acuerdo de paz y no con violencia; y luego, lejos de aceptar un mal texto, optó por continuar con el proceso constituyente, apostando por una Constitución que reemplace a la actual pero que sea efectivamente de consenso.

Actos de madurez democrática que diferencian a Chile de su vecindario y que generan una tremenda oportunidad de futuro si el país logra llegar a puerto con el mandato ciudadano de tener una buena nueva Constitución. 

Causas de la derrota del Apruebo

  1. Propuesta refundacional, maximalista, hecha desde la revancha sin considerar la sensibilidad de la derecha y el centro político, además del masivo rechazo a la propuesta de plurinacionalidad. Lo anterior porque la Convención no era representativa de Chile, sino de la izquierda, movimientos sociales e identitarios.
  2. Performance de los convencionales.
  3. Mala evaluación del gobierno que ató su destino al del Apruebo.
  4. Situación país crítica: inflación (13%) + violencia + inmigración descontrolada.
  5. La fórmula inédita de voto obligatorio + inscripción automática, mostró un Chile que no habíamos visto.

Logro transversal

Emergen como pivotes del proceso los AmarillosxChile y la figura de Cristián Warken en la política.

La centroizquierda que cruzó el cerco con Ximena Rincón, Matías Walker, y Carlos Maldonado, desafiando a sus partidos.

La ciudadanía que se volcó como nunca antes a las urnas.

La centroderecha, liderada por Javier Macaya, que supo tomar un segundo plano y ceder pantalla a los movimientos que provienen de la sociedad civil. Destacan en su rol Bernardo Fontaine y Francisco Orrego, y una Franja que apeló a construir desde el amor.

Continuidad del proceso constituyente

Tras conocerse el triunfo del Rechazo, Chile Vamos reafirmó su compromiso de iniciar a la brevedad un nuevo proceso constituyente, pese al desmarque previsible de Republicanos.

Se abre de esta manera la posibilidad de un nuevo orden político: con la centroizquierda y la centroderecha actuando en conjunto; y con el socialismo democrático entrando al Gobierno, inclinándolo a la centroizquierda. Sin duda el FA y PC son los grandes perdedores del proceso.

De hecho, en las próximas horas se espera un profundo cambio de Gabinete con la salida a lo menos de Giorgio Jackson e Izkia Siches, y la entrada de emblemáticos ex-Concertación al Comité Político.  

¿Qué viene?

La oportunidad para construir un mejor país está abierta, depende de los actores tomar el desafío y hacer las lecturas correctas y a tiempo, porque Chile necesita cambios ahora.

Lo anterior pasa por la urgencia de lograr reformas en pensiones, en salud y tributaria, entendiendo que hay que evolucionar los modelos neoliberales hacia sistemas mixtos que logren entregar mejores pensiones, mejorar el acceso a la salud de los que no tienen cómo pagar un seguro y, en general, nivelar la cancha, pero hacia arriba.

Por otra parte, iniciar a la brevedad el proceso que, recogiendo los aprendizajes de estos años, logre dar con una nueva Constitución que sea aprobada mayoritariamente por el pueblo chileno y siente las bases de la convivencia y del desarrollo para los próximos 50 años.

En Chile Vamos y en la centroizquierda por el Rechazo existe consenso en la idea de avanzar en un proceso exprés que dure seis meses, extensible a nueve meses, con un número acotado de constituyentes (60 proponen).

La idea es que la elección de convencionales se realice en diciembre próximo. El nuevo órgano constituyente sería electo sin necesidad de un plebiscito de entrada, vía reforma constitucional que lo habilite (se cuenta con los 4/7 de quorum que requiere tras la reciente reforma).

Sería un proceso paritario, con participación de independientes acotada y de escaños reservados proporcional.  También hay acuerdo en que el texto debería mantener la paridad, reconocer a los pueblos originarios y consagrar el Estado social de derechos, la descentralización y una economía sostenible de cara al cambio climático.

De hecho, este proceso abre al Presidente Boric la oportunidad de terminar su mandato con una Constitución de consenso y de futuro firmada por él.